El pitch es lo primero que escucha de ti un potencial cliente. Son esas dos o tres frases con las que te presentas a él, ya sea en persona o por teléfono. La respuesta a lo que tenemos que ofrecer va a depender en gran medida de qué digamos en ese pitch, y cómo lo digamos.
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Seguro que te resulta familiar: después de varios intentos, logramos hablar con nuestra persona objetivo, quien lleva la toma de decisiones. Queremos cerrar una entrevista personal, o concretar una propuesta comercial. Pero al otro lado solo obtenemos respuestas monosilábicas. No despertamos el interés del interlocutor.
Si queremos que nuestra llamada telefónica comercial tenga éxito, debemos estar atentos a lo que dice el interlocutor, cómo reacciona, a qué reacciona, a qué es más sensible. Esto nos da pistas sobre los temas a tratar, o cómo abordar su posible colaboración.
Personalizando al máximo nuestro mensaje y nuestras conversaciones, lograremos abrir una puerta a la medida de cada persona. |